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28-08-2020, 12:25 PM
Vamos con otro capítulo del libro de Diana Walstad. Esta vez les toca a nuestra queridas amigas las algas. En este capítulo veremos cómo se desarrollan y cómo controlarlas. Quiero destacar que esto no es una guía para luchar contra las algas (para eso tenemos muy buenas guías aquí y aquí), más bien es un artículo dedicado a evitar que aparezcan dando ventaja a las plantas, siempre teniendo en cuenta que está orientado a un acuario montado con el método Walstad.
El crecimiento indeseable de algas probablemente es el mayor problema que los aficionados tienen para mantener acuarios plantados o de cualquier otra clase. Gran cantidad de acuaristas renuncian a mantener acuarios plantados debido a su frustración al tratar de combatir el crecimiento descontrolado de algas. Desafortunadamente, muchos aficionados ven las plantas solo como decoración, no han aprendido a usarlas como filtración biológica y herramienta para controlar las algas. A continuación vamos a ver los principales métodos para controlar el crecimiento de algas en nuestros acuarios.
1 - Métodos comunes para controlar las algas
La aparición algas en un acuario suele estar asociada a algún tipo de desequilibrio que puede estar provocado por exceso de luz, falta de corriente en el filtro, acumulación de nutrientes, CO2 insuficiente y un largo etcétera, de manera que lo primero que se debe hacer es corregir ese desequilibrio antes de usar ningún otro método; de lo contrario, aunque consigamos librarnos de las algas, volverán a crecer en poco tiempo ya que la causa por la que lo hacen sigue existiendo.
1.1 - Alguicidas, agua oxigenada, lejía y antibióticos
Los alguicidas son químicos que matan las algas y a menudo causan más problemas de los que resuelven en acuarios plantados. El ingrediente activo de casi todos los alguicidas comunes es cobre o simazina. Ambos son tóxicos para los peces y las plantas. La dosis que matará las algas en un acuario sin dañar a los peces o las plantas es difícil de determinar. Incluso si el alguicida no mata a los peces, las algas muertas podrían hacerlo. Las algas moribundas pueden liberar toxinas en el agua o su descomposición puede eliminar el oxígeno del agua. Por lo tanto, no es raro que los peces mueran cuando las algas se eliminan de forma abrupta.
El agua oxigenada, o peróxido de hidrógeno (H2O2), es un potente oxidante y reacciona con muchos compuestos orgánicos, cambiándoles su estructura, y por tanto su funcionalidad. Esto hace que el H2O2 sea tóxico para muchos organismos, sobre todo algas, bacterias y otros organismos poco evolucionados. Básicamente se debe a que estos no tienen epidermis para defenderse de agresiones, ni producen enzimas (catalasas) que luchen contra el H2O2 de manera rápida y eficiente. La mayoría de plantas y animales (peces, gambas y caracoles) tienen mecanismos para defenderse de este y otros compuestos tóxicos. No obstante, todo depende de la dosis.
Sin embargo, hay algunas especies de plantas que sí son muy sensibles al agua oxigenada. Son sobre todo las plantas menos evolucionadas, como algunos musgos o algunas hepáticas, por lo que hay que ser muy cuidadoso tanto con las dosis como con la concentración del producto debido a que se comercializa de formas diferentes (aunque lo mas común es encontrarlo al 10 %). Una dosis de referencia podría ser 10 ml por cada 100 litros de agua, pero siempre es recomendable empezar por dosis más bajas y si se logra eliminar las algas, mucho mejor.
La lejía es un agente esterilizante que a veces se utiliza para eliminar algas filamentosas. Unos pocos aficionados experimentados sumergen rutinariamente las plantas recién adquiridas en una dilución 1:20 de lejía doméstica ordinaria, sin ningún aditivo, durante unos minutos para matar las algas. Este método debe usarse con mucho cuidado, ya que puede matar fácilmente las plantas delicadas o poner en peligro a los peces, si no se aclaran bien antes de introducirlas y la lejía acaba entrando en el acuario.
Algunas marcas comerciales venden floculantes como el aluminio como solución para limpiar el agua de partículas o eliminar alga unicelular. Los floculantes son compuestos cargados positivamente que se unen de forma no específica a partículas cargadas negativamente, de modo que se aglutinan y precipitan fuera de la solución, dando esa sensación de limpieza. Debido a que las membranas de las células de las algas tienen una carga negativa, los floculantes eliminarán las algas unicelulares del agua por el mismo principio. El problema es que las superficies branquiales de los peces también tienen una carga negativa; los floculantes unen fácilmente los delicados filamentos branquiales, destruyendo la estructura y función de las branquias, por lo que nunca deberían usarse floculantes en acuarios donde habiten peces.
A los antibióticos se les pueden poner menos objeciones. La eritromicina y la kanamicina a veces pueden ser efectivas en la eliminación específica de alga verde azulada, que no deja de ser una cianobacteria y comparte suficientes características con las bacterias grampositivas para que sean sensibles a los antibióticos. Sin embargo, algunos aficionados afirman que las cianobacterias de su tanque se volvieron resistentes a los antibióticos después del primer tratamiento, y cuando intentaron dosis más altas, todas las plantas murieron.
El acuario doméstico es un ecosistema frágil. No reacciona bien a las toxinas y antibióticos. Incluso si el tratamiento inicial es exitoso, la reaparición de algas es más que probable si primero no se elimina el motivo que las provoca.
1.2 - Reducción de luz
Las algas son similares a las plantas acuáticas, ya que solo pueden usar una fracción de la luz solar total y se ven perjudicadas por las altas intensidades de luz. La mayoría de las algas son básicamente "organismos de sombra". Además, muchas especies de algas pueden adaptarse a niveles de luz muy bajos.
La mayoría de las algas no pueden usar luz fuerte, y aunque puedan sobrevivir con niveles superiores de luz no crecerán a la misma velocidad. Aunque las algas verdes (Chlorophitas) pueden usar luz moderadamente intensa, tal como 211 micromoles por metro cuadrado por segundo (µmol/m2/s), ninguna de las algas enumeradas se acerca al uso de la luz solar total (2.000 µmol/m2 /s)
Además, las algas son inhibidas por la luz intensa, tanto la luz ultravioleta como la luz visible. Esta fotoinhibición comienza a los 200 µmol/m2/s aproximadamente, aunque varía según las distintas especies, con la excepción de varias especies de alga marina Chaetomorpha asociadas a arrecifes de coral de zonas tropicales. Estas algas pueden mantener un crecimiento rápido a plena luz sin ninguna fotoinhibición, de hecho son usadas por los acuaristas que mantienen acuarios marinos para reducir los niveles de nitratos e incluso amoniaco.
CONTROL DE ALGAS
El crecimiento indeseable de algas probablemente es el mayor problema que los aficionados tienen para mantener acuarios plantados o de cualquier otra clase. Gran cantidad de acuaristas renuncian a mantener acuarios plantados debido a su frustración al tratar de combatir el crecimiento descontrolado de algas. Desafortunadamente, muchos aficionados ven las plantas solo como decoración, no han aprendido a usarlas como filtración biológica y herramienta para controlar las algas. A continuación vamos a ver los principales métodos para controlar el crecimiento de algas en nuestros acuarios.
1 - Métodos comunes para controlar las algas
La aparición algas en un acuario suele estar asociada a algún tipo de desequilibrio que puede estar provocado por exceso de luz, falta de corriente en el filtro, acumulación de nutrientes, CO2 insuficiente y un largo etcétera, de manera que lo primero que se debe hacer es corregir ese desequilibrio antes de usar ningún otro método; de lo contrario, aunque consigamos librarnos de las algas, volverán a crecer en poco tiempo ya que la causa por la que lo hacen sigue existiendo.
1.1 - Alguicidas, agua oxigenada, lejía y antibióticos
Los alguicidas son químicos que matan las algas y a menudo causan más problemas de los que resuelven en acuarios plantados. El ingrediente activo de casi todos los alguicidas comunes es cobre o simazina. Ambos son tóxicos para los peces y las plantas. La dosis que matará las algas en un acuario sin dañar a los peces o las plantas es difícil de determinar. Incluso si el alguicida no mata a los peces, las algas muertas podrían hacerlo. Las algas moribundas pueden liberar toxinas en el agua o su descomposición puede eliminar el oxígeno del agua. Por lo tanto, no es raro que los peces mueran cuando las algas se eliminan de forma abrupta.
El agua oxigenada, o peróxido de hidrógeno (H2O2), es un potente oxidante y reacciona con muchos compuestos orgánicos, cambiándoles su estructura, y por tanto su funcionalidad. Esto hace que el H2O2 sea tóxico para muchos organismos, sobre todo algas, bacterias y otros organismos poco evolucionados. Básicamente se debe a que estos no tienen epidermis para defenderse de agresiones, ni producen enzimas (catalasas) que luchen contra el H2O2 de manera rápida y eficiente. La mayoría de plantas y animales (peces, gambas y caracoles) tienen mecanismos para defenderse de este y otros compuestos tóxicos. No obstante, todo depende de la dosis.
Sin embargo, hay algunas especies de plantas que sí son muy sensibles al agua oxigenada. Son sobre todo las plantas menos evolucionadas, como algunos musgos o algunas hepáticas, por lo que hay que ser muy cuidadoso tanto con las dosis como con la concentración del producto debido a que se comercializa de formas diferentes (aunque lo mas común es encontrarlo al 10 %). Una dosis de referencia podría ser 10 ml por cada 100 litros de agua, pero siempre es recomendable empezar por dosis más bajas y si se logra eliminar las algas, mucho mejor.
La lejía es un agente esterilizante que a veces se utiliza para eliminar algas filamentosas. Unos pocos aficionados experimentados sumergen rutinariamente las plantas recién adquiridas en una dilución 1:20 de lejía doméstica ordinaria, sin ningún aditivo, durante unos minutos para matar las algas. Este método debe usarse con mucho cuidado, ya que puede matar fácilmente las plantas delicadas o poner en peligro a los peces, si no se aclaran bien antes de introducirlas y la lejía acaba entrando en el acuario.
Algunas marcas comerciales venden floculantes como el aluminio como solución para limpiar el agua de partículas o eliminar alga unicelular. Los floculantes son compuestos cargados positivamente que se unen de forma no específica a partículas cargadas negativamente, de modo que se aglutinan y precipitan fuera de la solución, dando esa sensación de limpieza. Debido a que las membranas de las células de las algas tienen una carga negativa, los floculantes eliminarán las algas unicelulares del agua por el mismo principio. El problema es que las superficies branquiales de los peces también tienen una carga negativa; los floculantes unen fácilmente los delicados filamentos branquiales, destruyendo la estructura y función de las branquias, por lo que nunca deberían usarse floculantes en acuarios donde habiten peces.
A los antibióticos se les pueden poner menos objeciones. La eritromicina y la kanamicina a veces pueden ser efectivas en la eliminación específica de alga verde azulada, que no deja de ser una cianobacteria y comparte suficientes características con las bacterias grampositivas para que sean sensibles a los antibióticos. Sin embargo, algunos aficionados afirman que las cianobacterias de su tanque se volvieron resistentes a los antibióticos después del primer tratamiento, y cuando intentaron dosis más altas, todas las plantas murieron.
El acuario doméstico es un ecosistema frágil. No reacciona bien a las toxinas y antibióticos. Incluso si el tratamiento inicial es exitoso, la reaparición de algas es más que probable si primero no se elimina el motivo que las provoca.
1.2 - Reducción de luz
Las algas son similares a las plantas acuáticas, ya que solo pueden usar una fracción de la luz solar total y se ven perjudicadas por las altas intensidades de luz. La mayoría de las algas son básicamente "organismos de sombra". Además, muchas especies de algas pueden adaptarse a niveles de luz muy bajos.
La mayoría de las algas no pueden usar luz fuerte, y aunque puedan sobrevivir con niveles superiores de luz no crecerán a la misma velocidad. Aunque las algas verdes (Chlorophitas) pueden usar luz moderadamente intensa, tal como 211 micromoles por metro cuadrado por segundo (µmol/m2/s), ninguna de las algas enumeradas se acerca al uso de la luz solar total (2.000 µmol/m2 /s)
Además, las algas son inhibidas por la luz intensa, tanto la luz ultravioleta como la luz visible. Esta fotoinhibición comienza a los 200 µmol/m2/s aproximadamente, aunque varía según las distintas especies, con la excepción de varias especies de alga marina Chaetomorpha asociadas a arrecifes de coral de zonas tropicales. Estas algas pueden mantener un crecimiento rápido a plena luz sin ninguna fotoinhibición, de hecho son usadas por los acuaristas que mantienen acuarios marinos para reducir los niveles de nitratos e incluso amoniaco.
Niveles de luz requeridos para saturar el crecimiento de las algas
Clase de alga | Cantidad de luz (µmol/m2/s)(±e.e.) |
Bacillariophyceae (22 species) | 84 (± 8.1) |
Chlorophyta (9 species) | 211 (±58) |
Cyanophyceae (14 species) | 39 (±6.2) |
Dinophyceae (17 species) | 47 (±6.6) |
Rhodophyceae (3 species) | 79 (±20) |
Alga o planta | pH 6 | pH 7 | pH 8 | pH 9 |
Cladophora glomerata | 18 | 27 | 27 | 25 |
Spirogyra Sp. | 35 | 43 | 41 | 26 |
Elodea canadiensis | 45 | 40 | 10 | 1 |