#1
29-11-2022, 12:11 PM
Este pasado fin de semana he tenido un par de muestras espectaculares de supervivencia extrema. Os cuento.
Pues como alguno sabéis ya, estoy en pleno proceso de remodelación de mis dos acuarios.
El nano, que durante los últimos años ha albergado fundamentalmente endlers macho y gambas neocaridinas (y durante un tiempo también Boraras brigittae y algún Otocinclus affinis de forma ocasional), ha pasado a ser una Bettera sin demasiadas pretensiones. Lo podéis ver AQUÍ.
El grande, ahora mismo, está completamente vacío. Espero empezar a montar el nuevo proyecto estos próximos días para meter peces ya a principios del año que viene. Al final he optado por desmontar, limpiar y desarmar todo (incluido filtro), y empezar de cero. Eso ha supuesto regalar la mayor parte de fauna que aún quedaba (entre un amigo mío que no está en el Foro –aún– y nuestra compañera Zazu), y de la flora (que ha ido en varios envíos a compañeros/as del Foro). De primeras, sólo me he quedado unas poquitas plantas que creo me podrían cuadrar para el proyecto nuevo. Si no se echan a perder estos días, claro.
Pues el caso es que una vez entregados todos los peces y sacadas todas las plantas, retiré las piedras que quedaban y empecé a vaciar.
De hecho, entregué los dos últimos otos a Zazu el miércoles pasado y ya por la noche quité la luz y el calentador. Y el jueves, paré el filtro también.
He hecho el vaciado en dos etapas: viernes tarde y sábado tarde (aprovechando cuando mi pareja estaba en el trabajo).
El fin de semana anterior, cuando supuestamente ya sólo quedaban los dos últimos otos que iba a entregar a Zazu, llegué a ver una gamba neocaridina. Pero ya le perdí la vista y no la volví a ver ni con todo retirado. De hecho, la di por perdida.
Pues mira tú por dónde, este sábado por la tarde, cuando ya sólo me quedaba un centímetro de agua por retirar –lo que queda encima del barro que forma el manado con el aquabasis–, me parece ver algo que se mueve sobre el sustrato.
¡Y allí estaba! ¡Mi preciosa gambas neocaridina híbrida descolorida!
La tuve que pescar con los dedos, con todo el cuidado del mundo, puesto que ya no tenía margen ni para meter el salabre. Pero la puede pasar a la Bettera, y ahora mismo acompaña a Saiki (bueno; ella junto a seis o siete caracoles helena que fueron saliendo también según desmontaba el acuario grande –el último de ellos salió junto a la neocaridina, cuando mi Pura Vida se limitaba ya a un fondo fangoso y unos cristales sucios–. Digo yo que ambos ahora estarán en la gloria, otra vez con agua limpia, plantas y luz.
PD: los helena me criaron en el acuario grande, pero se dejaban ver tan poco que llegué a pensar que a lo sumo me quedaba uno.
PD2: el año pasado tuve también un pequeño contratiempo en un envío en el que iban unas pocas neocaridinas para un compañero del Foro. Se ve que alguna de las bolsas de las plantas no se mantuvo hermética del todo y perdió algo de agua, y como la caja era de cartón, acabo empapándola. La agencia de trasporte abrió una incidencia y no iba a entregar el paquete. Pero nos pusimos en contacto con ellos y les explicamos lo sucedido, y lo acabaron entregando. Al final, todas las gambas llegaron sin contratiempo... después de cinco días de viaje. El mundo animal no deja de sorprenderme.
Pues como alguno sabéis ya, estoy en pleno proceso de remodelación de mis dos acuarios.
El nano, que durante los últimos años ha albergado fundamentalmente endlers macho y gambas neocaridinas (y durante un tiempo también Boraras brigittae y algún Otocinclus affinis de forma ocasional), ha pasado a ser una Bettera sin demasiadas pretensiones. Lo podéis ver AQUÍ.
El grande, ahora mismo, está completamente vacío. Espero empezar a montar el nuevo proyecto estos próximos días para meter peces ya a principios del año que viene. Al final he optado por desmontar, limpiar y desarmar todo (incluido filtro), y empezar de cero. Eso ha supuesto regalar la mayor parte de fauna que aún quedaba (entre un amigo mío que no está en el Foro –aún– y nuestra compañera Zazu), y de la flora (que ha ido en varios envíos a compañeros/as del Foro). De primeras, sólo me he quedado unas poquitas plantas que creo me podrían cuadrar para el proyecto nuevo. Si no se echan a perder estos días, claro.
Pues el caso es que una vez entregados todos los peces y sacadas todas las plantas, retiré las piedras que quedaban y empecé a vaciar.
De hecho, entregué los dos últimos otos a Zazu el miércoles pasado y ya por la noche quité la luz y el calentador. Y el jueves, paré el filtro también.
He hecho el vaciado en dos etapas: viernes tarde y sábado tarde (aprovechando cuando mi pareja estaba en el trabajo).
El fin de semana anterior, cuando supuestamente ya sólo quedaban los dos últimos otos que iba a entregar a Zazu, llegué a ver una gamba neocaridina. Pero ya le perdí la vista y no la volví a ver ni con todo retirado. De hecho, la di por perdida.
Pues mira tú por dónde, este sábado por la tarde, cuando ya sólo me quedaba un centímetro de agua por retirar –lo que queda encima del barro que forma el manado con el aquabasis–, me parece ver algo que se mueve sobre el sustrato.
¡Y allí estaba! ¡Mi preciosa gambas neocaridina híbrida descolorida!
La tuve que pescar con los dedos, con todo el cuidado del mundo, puesto que ya no tenía margen ni para meter el salabre. Pero la puede pasar a la Bettera, y ahora mismo acompaña a Saiki (bueno; ella junto a seis o siete caracoles helena que fueron saliendo también según desmontaba el acuario grande –el último de ellos salió junto a la neocaridina, cuando mi Pura Vida se limitaba ya a un fondo fangoso y unos cristales sucios–. Digo yo que ambos ahora estarán en la gloria, otra vez con agua limpia, plantas y luz.
PD: los helena me criaron en el acuario grande, pero se dejaban ver tan poco que llegué a pensar que a lo sumo me quedaba uno.
PD2: el año pasado tuve también un pequeño contratiempo en un envío en el que iban unas pocas neocaridinas para un compañero del Foro. Se ve que alguna de las bolsas de las plantas no se mantuvo hermética del todo y perdió algo de agua, y como la caja era de cartón, acabo empapándola. La agencia de trasporte abrió una incidencia y no iba a entregar el paquete. Pero nos pusimos en contacto con ellos y les explicamos lo sucedido, y lo acabaron entregando. Al final, todas las gambas llegaron sin contratiempo... después de cinco días de viaje. El mundo animal no deja de sorprenderme.