Una pequeña actualización...
Curso 2017-2018, luces y sombras.
Una panorámica de cómo estaba en su esplendor.
Aunque el
Fissidens fontanus en emergido sobre la paridera externa se llenó de un moho negruzo que no logré vencer.
Mientras sobre él dejé crecer el emergido sobre una rama.
Y al fondo, con aquel invento que me planteé
aquí, logré crear una navideña cascada de Vesicularia dubyana.
Luego llegaron las gambitas, como en el resto del acuario, y lo colonizaron.
Como hicieron con las bolas de
Monosolenium tenerum y el tapizado de
Fissidens fontanus que me vi obligado a tener debido a que el emergido de ese mismo musgo no dejaba se soltar trocitos por todas partes.
Y surgieron sorpresas inesperadas como el emergido y floración de
Ammania gracilis que os mostré
aquí o esta otra en forma de
Rotala rotundifolia emergida saliendo del semiemergido de musgo.
Algunos alevines de Danio margaritatus fueron atrapados por la succión del paridera externa y, tras descubrirlos en ella, logré sacar a dos de ellos adelante a base de espirulina en polvo (y las crias de caracol y de gambita que crio en la paridera, seguramente).
Y como siempre... inventos y experimentos... ¿El
Fissidens fontanus flota? En la tercera foto se ve muy escondido el porqué está ahí, quieto y en la superficie. De la rama sobre la que reposa el emergido cuelgan unos hilos donde lié hebras de musgo como si fueran lianas.
Curso 2018-..., recuperación tras minidesastre veraniego.
Desde final de mayo solo pude realizar mantenimiento mínimo del acuario y a penas puede prepararme para el verano y las vacaciones.
Hice mis cálculos, y dejé todo listo para que aguantara mientras estaba fuera. Desconecté la mitad de los tubos de iluminación, regulé el termostato un poco más alto de lo que me gustaría para que la evaporación fuera menor y, por supuesto dejé el rellenador listo con agua suficiente. Además, contando con que alguien pasaría por casa una vez mientras yo estaba fuera.
El destino me la quiso jugar y saltó el automático de la luz cuando yo ya estaba de vacaciones pero el mismo se había traicionado pues había obligado a que alguien no se pudiera venir conmigo. Era su último día en casa así que me hizo de manos remotas revisó todo y lo dejo "funcionando".
Unos días más tarde llegó la visita a casa. Yo contaba con que me rellenara el deposito del rellenador y... cual es mi sorpresa cuando me dice que está lleno. Empiezo a intuir lo que sucede, fotos, videconferencia y... nuevas manos remotas. Descubro que el rellenador no está funcionando y que el acuario tiene como 1/3 vacio. Mis manos remotas lo rellenan y yo estimo que, aunque perderá algo más de agua, no se quedará sin agua antes de que yo vuelva.
Cuando llego vuelve a estar, nuevamente, a 2/3 de agua. Algunas plantas algo estropeadas por un emergido inesperado, algunos elementos de acuario, como el suministrador de comida, llenos de "cal" de las salpicaduras evaporadas y uno de los filtros sin caudal.
Relleno, reprogramo los temporizadores (el apagón los había retrasado 5 horas), descubro que una de las regletas programables tiene una alarma y trato de hacer funcionar el rellenador.
Esa fue mi llegada y, en cuanto pude, macro-poda... reestructuración...
No es el ideal de un paisajista pero así está ahora.
Estoy bastante contento con la mitad izquierda mientras que el lateral derecho tiene que evolucionar. La
Anubia barteri var. nana que hay en medio se moverá junto al cristal derecho para tapar los tallos de
H. corymbosa una vez crezcan suficiente para recuperar su emergido. Y el resto de tallos de plantas que hay en el centro irán buscando otros lugares según vaya recuperándolas (estaban muy maltrechas).
Los filtros revisados. Uno de ellos, el 2211 se ve que ha perdido potencia porque lo he dejado sin material filtrante denso y hay momentos que pierde el caudal. El otro, el 2422, me lo encontré con uno de los tubos retorcido (algo mal debí hacer en la revisión previa a vacaciones) y ya está corregido el asunto.