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12-08-2022, 08:50 PM
Hola a todo el mundo y saludos desde tierras galegas, donde nos hemos venido a pasar unos días huyendo de los calores de la capital
Aviso antes de nada y me disculpo por el tocho, pero es que hace tiempo que no escribo y además lo que traigo merece a mi entender la pena. Por un lado compartiré un grato descubrimiento y por otro os contaré (aunque es probable que más de uno ya la conozca) una historia realmente bonita y con un final feliz.
El año pasado durante las jornadas de acuariofilia que se celebran en el el acuario fluvial de Zaragoza todos los años, conocí a un compañero de afición que me dio a conocer a los goodeidos, unos curiosos y pequeños peces endémicos de la meseta central de México que hasta ahora yo desconocía. Habitan en arroyos y pequeños lagos y cauces de ríos, formando microendemismos que hacen posible que dentro de un mismo río existan en distintos tramos distintas subespecies. De las 40 especies de goodeidos 13 están consideradas en peligro crítico, 14 en peligro de extinción, 6 como vulnerables, 4 como preocupación menor, y 3 de ellas extinguidas en la naturaleza. Y la situación pinta mal, dado que las amenazas que hacen que los peces de esta familia desaparezcan, lejos de disminuir, aumentan cada día que pasa (deforestación, contaminación de su hábitat, introduccion de especies exóticas invasoras, modificación de los cauces de los ríos...). Este planeta parece no ser lo suficientemente grande para albergar a estos peces de 5 o 6 cm...
El zoogeneticus tequila es una de estas especies. Un pequeño pez de apenas 5 cm que habitaba en la cuenca del río Teuchtitlan, en la parte alta del río Ameca. Un día alguien se dio cuenta de que ya no se veían peces de esta especie desde hacía mucho tiempo, y el zoogeneticus tequila fue declarado extinto. Otra forma de vida más que se bajaba en marcha del tren de la biodiversidad.
Pero en esto resulta que aparece alguien que dice tener en casa algunos de estos ejemplares. Inmediatamente la Universidad de Michioacan inicia un proyecto de cría intensiva en sus instalaciones dirigido por el biólogo Omar Domínguez. El proceso es verdaderamente impresionante, y os dejo al final del post el artículo en el que narra cómo se lleva a cabo este programa de reintroduccion de la especie en su hábitat natural, porque creedme, no tiene desperdicio. Se buscan acuaristas de todo el mundo que conserven algún ejemplar y se consigue juntar en 2012 un grupo de individuos de esta especie en principio desaparecida en estado salvaje, a los que se les da el nombre genérico de Zoogie.
Durante dos años se llevan a cabo frenéticas investigaciones para saber más de este pez hasta ahora desconocido. El hecho de que la mayoría de las especies de goodeido carezcan de vistosos colorines ha facilitado hasta el momento el que nadie se preocupe por ellos o por su hábitat. Es lo que tiene compartir planeta con él Mono Sabio: si tienes una hermosa piel lo pagas caro; si no la tienes, también. Se investiga cómo come, como vive, como duerme, como es su hogar, cómo se relaciona, y cualquier otro factor que facilite su supervivencia de cara a la preservación en su hábitat natural.
El 2 de noviembre de 2017 se procede a reintroducir a 80 de estos pececillos en la naturaleza. Se escoge esta fecha en un último hecho simbólico escogiendo un día de enorme importancia cultural en México, en el que los muertos regresan para estar de nuevo entre los vivos. Zoogie volvía a casa.
A los 6 meses de introducir a estos 80 ejemplares se pudo observar un aumento del 55% del número de especimenes; los peces se habían reproducido con éxito, y crecían sanos y fuertes, y a día de hoy, el zoogeneticus tequila vuelve a nadar en la parte alta del río Teuchtitlan.
Son las siete de la tarde, finales de un caluroso mes de junio. Wasapeo con el amigo que abría este post. Acaba de llegar de un segundo viaje de charqueo por la Mesa central mexicana
Ha traído algunos ejemplares de distintas especies de goodeidos. Me ofrece la oportunidad de intentar la cría masiva de una parejita de ejemplares de skiffia multipunctata del Lago Camécuaro, Michoacan.
En la antigüedad los nativos de las culturas precolombinas ofrecían a los dioses, entre otras ofrendas, una vasija con uno de estos pequeños peces. ¿Seremos capaces en pleno siglo XXI de regalarnos a nosotros mismos la posibilidad de compartir el planeta en que vivimos con estos pequeños peces?
Levanto la vista del teléfono e inconscientemente me encuentro mirando la urna de 200 litros que hasta ahora estaba ciclando a la espera de alguna pareja de cíclidos malencarados.
Todo está conectado. Aún estamos a tiempo.
Bienvenidos Coco y Lupe. Ha sido un largo camino.
Ya estáis en casa
https://www.sabermas.umich.mx/archivo/ar...bitat.html
Aviso antes de nada y me disculpo por el tocho, pero es que hace tiempo que no escribo y además lo que traigo merece a mi entender la pena. Por un lado compartiré un grato descubrimiento y por otro os contaré (aunque es probable que más de uno ya la conozca) una historia realmente bonita y con un final feliz.
El año pasado durante las jornadas de acuariofilia que se celebran en el el acuario fluvial de Zaragoza todos los años, conocí a un compañero de afición que me dio a conocer a los goodeidos, unos curiosos y pequeños peces endémicos de la meseta central de México que hasta ahora yo desconocía. Habitan en arroyos y pequeños lagos y cauces de ríos, formando microendemismos que hacen posible que dentro de un mismo río existan en distintos tramos distintas subespecies. De las 40 especies de goodeidos 13 están consideradas en peligro crítico, 14 en peligro de extinción, 6 como vulnerables, 4 como preocupación menor, y 3 de ellas extinguidas en la naturaleza. Y la situación pinta mal, dado que las amenazas que hacen que los peces de esta familia desaparezcan, lejos de disminuir, aumentan cada día que pasa (deforestación, contaminación de su hábitat, introduccion de especies exóticas invasoras, modificación de los cauces de los ríos...). Este planeta parece no ser lo suficientemente grande para albergar a estos peces de 5 o 6 cm...
El zoogeneticus tequila es una de estas especies. Un pequeño pez de apenas 5 cm que habitaba en la cuenca del río Teuchtitlan, en la parte alta del río Ameca. Un día alguien se dio cuenta de que ya no se veían peces de esta especie desde hacía mucho tiempo, y el zoogeneticus tequila fue declarado extinto. Otra forma de vida más que se bajaba en marcha del tren de la biodiversidad.
Pero en esto resulta que aparece alguien que dice tener en casa algunos de estos ejemplares. Inmediatamente la Universidad de Michioacan inicia un proyecto de cría intensiva en sus instalaciones dirigido por el biólogo Omar Domínguez. El proceso es verdaderamente impresionante, y os dejo al final del post el artículo en el que narra cómo se lleva a cabo este programa de reintroduccion de la especie en su hábitat natural, porque creedme, no tiene desperdicio. Se buscan acuaristas de todo el mundo que conserven algún ejemplar y se consigue juntar en 2012 un grupo de individuos de esta especie en principio desaparecida en estado salvaje, a los que se les da el nombre genérico de Zoogie.
Durante dos años se llevan a cabo frenéticas investigaciones para saber más de este pez hasta ahora desconocido. El hecho de que la mayoría de las especies de goodeido carezcan de vistosos colorines ha facilitado hasta el momento el que nadie se preocupe por ellos o por su hábitat. Es lo que tiene compartir planeta con él Mono Sabio: si tienes una hermosa piel lo pagas caro; si no la tienes, también. Se investiga cómo come, como vive, como duerme, como es su hogar, cómo se relaciona, y cualquier otro factor que facilite su supervivencia de cara a la preservación en su hábitat natural.
El 2 de noviembre de 2017 se procede a reintroducir a 80 de estos pececillos en la naturaleza. Se escoge esta fecha en un último hecho simbólico escogiendo un día de enorme importancia cultural en México, en el que los muertos regresan para estar de nuevo entre los vivos. Zoogie volvía a casa.
A los 6 meses de introducir a estos 80 ejemplares se pudo observar un aumento del 55% del número de especimenes; los peces se habían reproducido con éxito, y crecían sanos y fuertes, y a día de hoy, el zoogeneticus tequila vuelve a nadar en la parte alta del río Teuchtitlan.
Son las siete de la tarde, finales de un caluroso mes de junio. Wasapeo con el amigo que abría este post. Acaba de llegar de un segundo viaje de charqueo por la Mesa central mexicana
Ha traído algunos ejemplares de distintas especies de goodeidos. Me ofrece la oportunidad de intentar la cría masiva de una parejita de ejemplares de skiffia multipunctata del Lago Camécuaro, Michoacan.
En la antigüedad los nativos de las culturas precolombinas ofrecían a los dioses, entre otras ofrendas, una vasija con uno de estos pequeños peces. ¿Seremos capaces en pleno siglo XXI de regalarnos a nosotros mismos la posibilidad de compartir el planeta en que vivimos con estos pequeños peces?
Levanto la vista del teléfono e inconscientemente me encuentro mirando la urna de 200 litros que hasta ahora estaba ciclando a la espera de alguna pareja de cíclidos malencarados.
Todo está conectado. Aún estamos a tiempo.
Bienvenidos Coco y Lupe. Ha sido un largo camino.
Ya estáis en casa
https://www.sabermas.umich.mx/archivo/ar...bitat.html