Pues el otro día, me pasó algo muy curioso con una de mis carnívoras. Un ejemplo del por qué estas plantas se llaman carnívoras y no insectívoras. Y es que, "bicho que corre, nada o vuela ¡a la cazuela!".
Prácticamente todos los días suelo echarles un ojo a mis pequeñas y de paso, suelo revisar si han cazado, por si hubiera que salvar a alguien. Desde siempre tengo la política de salvar a las pocas abejas que se acercan a mi balcón. Da igual si son grandes o pequeñas, si las veo atrapadas, las libero.
Antes decir que las carnívoras no necesariamente necesitan cazar para sobrevivir, ya que como el resto de plantas, su fuente de energía principal es la fotosíntesis. La caza es sólo para abonar, que como ya sabemos en las plantas de nuestros acuarios, si abonas, siempre crecerán más lozanas y rápido. Pero tampoco puedes pasarte. Las trampas que han capturado presas grandes o mucha cantidad de presas, se secan. Podéis llamarlo por empacho.
Bueno, sigo con mi historia. Pues el otro día me acerco a echar un ojo y veo que en una de las trampas de mis sarracenias hay algo dentro. Pero qué demonios... ¿Una cola? Esto no tiene pinta de ser un insecto.
Un apunte:
Esto es una sarracenia, para que veáis cómo son las trampas. Un largo tubo que se va estrechando. No hay líquido dentro, sólo pelos que apuntan hacia abajo para evitar que nadie se escape. Salvo si eres una avispa lista y haces un butrón para escapar
Sospechando lo que podía ser, vuelco la planta boca abajo y golpeo ligeramente para hacer que el incauto caiga... nada. Está totalmente encajonado y atrapado.
Sólo me resta romper la hoja y rezar para que siga vivo. No me hace gracia ya que es la hoja más grande que tiene ahora mismo esta planta, pero hacerlo no matará a la planta y en nada se irán a dormir y tendré que podar estas hojas.
Vamos al lío y... tenía razón en lo que pensaba. Es una salamanquesa.
Adulta además. ¿Es que no había mejor sitio para hacer la siesta?
Ya liberada. Sí. Está viva.
Estaba fría, aturdida, pero viva.
En mi balcón desde hace años viven al menos un par de salamanquesas. Todos los años las veo pululando por ahí y hasta bebiendo agua de los recipientes de mis carnívoras. Les hace la competencia a mis pequeñas, pero adoro a estos pequeños reptiles. Además de ser muy útiles.
Esta pobre eligió el peor sitio para dormir.
Una vez rescatada la puse sobre una jardinera con plantas crasas, alejada del resto de sarracenias. Cinco minutos después volví, y ya se había ido a esconderse. Sospecho que va a tener pesadillas con mis plantas.
Y hasta aquí mi pequeña historia, con final feliz incluido.
Espero que hayan disfrutado