Voy a confesar que por un error tremendo tremendo el pobre betta ha sufrido la pérdida de casi todas sus aletas pero lo peor no ha sido eso, sino que casi se lo comen vivo.
Preparaos para una historia larga....
Me dieron en diciembre una hembra de guppy embarazada, empecé a adaptar el agua, regale unas rasboras mosquito que tenía y cuando la guppy llegó a casa, casi todo estaba preparado.
La idea, que ya lo comenté en el foro, es cambiar el acuario asiático de mi hija a un acuario sólo para guppys, su pez preferido desde hace años.
Todavía no había comprado el pequeño acuario para el betta, pero no hubo problemas ya que la guppy y el betta convivieron felices tres semanas, pero la tarde-noche del 24 de diciembre, justo después de tener la cena preparada y envuelta, con el abrigo puesto y dispuestos a salir disparados a casa de mis suegros, me llama mi hija llorando desde su habitación, el betta estaba detrás de la hembra guppy comiéndose uno a uno todos los alevines que iba pariendo.
Rápidamente saqué al betta, lo aclimaté y lo metí en mi acuario, ¡lo se! Un verdadero disparate, pensé que por una noche (les deje la luz apagada) no iba a pasar nada, ya que tenía bastante plantas sin podar muy altas y mis peces no suelen subir de la zona media.
Al día siguiente, 25 de diciembre, el betta estaba escondido detrás de las plantas, en la zona alta y no salió a comer, pero se movía entre las plantas y no me extrañó ni ví nada raro.
El día 26 por la mañana veo que sigue en el mismo sitio, pero estaba tanto una monjita como el apisto macho cada dos por tres metiéndose por detrás de las plantas. Me mosqueo, saco el salabre y obligo al betta a moverse ¡imaginarios el grito que pegué! Le estaban atacando a las aletas. Le saqué, le puse en un tupper y me fui corriendo a comprar una bettera.
Hoy 19 de febrero puedo decir que ya le han crecido más de un centímetro de aletas!!!
Me ha costado confesar, pero siento mucha alegría viendo como se recupera. Tiene acuario propio, aunque peque, con sus plantas, su hoja de almendro, la mejor comida, aloe y un lugar privilegiado en el salón, además de muchos mimos.
Unas fotos, las de los primeros días, que todavía no le había puesto luz, se ven mal, pero se aprecia su estado.
Estas son fotos de hoy, se puede apreciar que al crecer las aletas no tienen color para luego ir cogiéndolo.