VIRLAK fué mi caballo.
Nació en los establos de unas famosas cuadras, por encargo de un acaudalado Sr., que queria que su hijo fuera un número 1 en salto de obstáculos.
Así que cruzaron in vitro, a un semental y a una yegua de "alto standing" y nació gracias a una yegua que fué el vientre de alquiler.
Desde que nació, tuvo los mejores cuidados, dormia a cubierto, Con un box para él sólo, comida 3 veces al dia, mantas en invierno, ejercicio a diario...
Comenzó su doma, igual que la del niño que tenia que acabar saltando con él. Los dos "crecieron juntos" y empezaron a ganar concursos... Todo perfecto.
Hasta que el "niño" cumplió 14 años... Y cómo a todos sus amigos les cambiaban "su pony" por un caballo... ¡El "niño" también queria su caballo nuevo!.
Así que Virlak, de un dia para otro, se encontró entre los caballos de un tratante, en un campo sin refugios ni del sol, a penas sin comida, y sin saberse espabilar...
Llegó a mi, en uno de los peores momentos de mi vida. Grácias a una buena persona, que lo habia visto competir, lo "rescató" y me ayudó a que se recuperase.
Así llegó:
Desnutrido, resfriado, lleno de parásitos, mordiscos, golpes... Parecia un caballo autista. No reaccionaba. Estaba ausente. Le tenias que poner la comida en la boca, y darle agua con una jeringa. Después de comer lo tenias que hacer caminar, porque habia perdido el movimiento peristáltico de los intestinos, y podia morir de un cólico...
Pasadas 2 semanas, de mimos, de ir a darle de comer, para pasearlo despues 3 veces al dia, de darle masajes para que reacionara a las manos, de sacarlo a pasear (como a un perrito) por la montaña, dejándolo pastar sobre la hierba que le despertaba una curiosidad termenda...
A los 4 meses era otro... Enorme, elegante, cariñoso, dulce y agradecido.Terriblemente agradecido.
Todos decian en aquella modesta hípica, que yo lo salvé. Pero en realidad él me salvó a mí.
Era un caballo de salto. Adoraba saltar, por lo que yo, tuve que aprender a saltar con 32 años... Este fué mi primer salto:
Esos 60 cm de salto, para mi fueron como los más de 120cm que él saltaba sin casi esfuerzo.
Sólo con mirar el cambio de expresión de su cara, se nota la recuperación:
LLEGADA
2º MES
4º MES
Lo lloro cada dia...
Añoro sus ojos como manzanas, brillantes, mirandome...
Ya no tendremos jamás más de nuestros momentos.
Pero nadie podrá impedir, que le siga buscando en mis sueños.
Este fué, el verdadero Virlak.
Nació en los establos de unas famosas cuadras, por encargo de un acaudalado Sr., que queria que su hijo fuera un número 1 en salto de obstáculos.
Así que cruzaron in vitro, a un semental y a una yegua de "alto standing" y nació gracias a una yegua que fué el vientre de alquiler.
Desde que nació, tuvo los mejores cuidados, dormia a cubierto, Con un box para él sólo, comida 3 veces al dia, mantas en invierno, ejercicio a diario...
Comenzó su doma, igual que la del niño que tenia que acabar saltando con él. Los dos "crecieron juntos" y empezaron a ganar concursos... Todo perfecto.
Hasta que el "niño" cumplió 14 años... Y cómo a todos sus amigos les cambiaban "su pony" por un caballo... ¡El "niño" también queria su caballo nuevo!.
Así que Virlak, de un dia para otro, se encontró entre los caballos de un tratante, en un campo sin refugios ni del sol, a penas sin comida, y sin saberse espabilar...
Llegó a mi, en uno de los peores momentos de mi vida. Grácias a una buena persona, que lo habia visto competir, lo "rescató" y me ayudó a que se recuperase.
Así llegó:
Desnutrido, resfriado, lleno de parásitos, mordiscos, golpes... Parecia un caballo autista. No reaccionaba. Estaba ausente. Le tenias que poner la comida en la boca, y darle agua con una jeringa. Después de comer lo tenias que hacer caminar, porque habia perdido el movimiento peristáltico de los intestinos, y podia morir de un cólico...
Pasadas 2 semanas, de mimos, de ir a darle de comer, para pasearlo despues 3 veces al dia, de darle masajes para que reacionara a las manos, de sacarlo a pasear (como a un perrito) por la montaña, dejándolo pastar sobre la hierba que le despertaba una curiosidad termenda...
A los 4 meses era otro... Enorme, elegante, cariñoso, dulce y agradecido.Terriblemente agradecido.
Todos decian en aquella modesta hípica, que yo lo salvé. Pero en realidad él me salvó a mí.
Era un caballo de salto. Adoraba saltar, por lo que yo, tuve que aprender a saltar con 32 años... Este fué mi primer salto:
Esos 60 cm de salto, para mi fueron como los más de 120cm que él saltaba sin casi esfuerzo.
Sólo con mirar el cambio de expresión de su cara, se nota la recuperación:
LLEGADA
2º MES
4º MES
Lo lloro cada dia...
Añoro sus ojos como manzanas, brillantes, mirandome...
Ya no tendremos jamás más de nuestros momentos.
Pero nadie podrá impedir, que le siga buscando en mis sueños.
Este fué, el verdadero Virlak.