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19-01-2018, 05:20 PM
Voy a intentar explicar que es el ISO de nuestras cámaras y su funcionamiento, así como intentar exprimirlo para obtener mejores fotos.
Pero antes de seguir un poco de teoría.
Lo mismo que hace cien años que ahora, hoy cada cámara no es más que una caja hermética a la luz, con un objetivo en un extremo y una película sensible o un sensor electrónico al otro lado. La misma luz entra en el objetivo y, tras un periodo de tiempo (determinado por la velocidad de obturación), una imagen quedará registrada en la película o en el sensor. La imagen grabada se ha llamado, desde el primer día, una exposición, y así se la sigue llamando.
Ahora bien, esa exposición puede dar lugar a una inabarcable cantidad de imágenes más o menos correctas, pero nosotros deberíamos intentar esforzarnos en obtener una exposición correcta. Y esa exposición correcta es la combinación sencilla de tres importantes factores: diafragma, velocidad de obturación e ISO.
Diafragma
El control del diafragma son esos numeritos que suelen venir en fracciones, f/1.2, f/1.4, 1/16… y no es más que el tamaño del agujerito por el que pasa la luz. Los números digamos originales serían f4, 5.6, 8, 11, 22. Siendo por ejemplo f/4 el doble exacto que f/5.6, 5.6 el doble de 8…. Deberemos tener en cuenta que, a número más pequeño, más luz nos entrará en la cámara, y a la inversa.
Velocidad de Obturación
La velocidad de obturación no es más que el tiempo que el obturador está abierto registrando la exposición. El mismo principio de reducir a la mitad o multiplicar por dos que se aplica al diafragma, se aplica a la velocidad de obturación.
La escala “normal” sería 1/500, 1/250, 1/60, 1/30, 1/15, etc… Expongo esto porque cada vez las cámaras intercalan más valores entre estos, al igual que con las aberturas.
Es decir, con 1/250 obtenemos el doble de luz que con 1/500, es normal, medio segundo es el doble que un cuarto de segundo.
Una cosa curiosa es que podremos conseguir la misma exposición variando velocidad y obturación, de manera que si reducimos la luz que entra con el obturador, podremos aumentarla aumentado la velocidad.
ISO
Se podría decir que es el elemento final del triángulo de la correcta exposición. Y el asunto que gracias a Rafaro y su post me ha llevado picado por el golfo de Davidmadrid a escribir este tocho.
Para entender mejor el efecto del ISO sobre la exposición, pensemos que el ISO es una abeja obrera. Si mi cámara tiene un ISO 100 querrá decir que tengo 100 abejas obreras, si tu cámara tiene ISO 200 tendrás 200 abejas. Su función sería la de atrapar la luz y fijarla al sensor o película. Si tenemos el mismo objetivo, con la misma apertura, ¿Quién grabará antes la imagen? Pues tú, porque tienes el doble de abejas. Fácil, ¿no?
¿Pero qué relación tiene el ISO con la velocidad de obturación? Imaginemos que queremos fotografiar una flor solitaria en un día nublado (bueno David fotografiaría una papelera muy urbana) Yo con mi cámara de ISO 100 y tú con la tuya ISO 200, y ambos con f/5,6. De modo que al ajustar la velocidad para obtener una exposición correcta a mí me dirá que debo poner 1/125 y a ti 1/250. Es decir, tu obtendrás la foto en la mitad de tiempo que yo.
Esto lo podemos probar perfectamente en casa (los que tengamos cámaras en modo manual) Colocamos el ajuste ISO en 200, y el diafragma en f/8. Dirigimos la cámara a algo bien iluminado, por ejemplo, una pared a la que le dé la luz directa. Ahora ajustamos la velocidad hasta que el fotómetro nos indique que esa es la exposición correcta, y anotamos ese valor. Variamos el valor ISO a 400 y repetimos el ejercicio, apuntando el resultado, y repetimos con ISO 800.
¿Qué hemos visto? Deberíamos haber obtenido resultados cada vez más altos, es decir, el segundo resultado debería ser una velocidad el doble que la primera, y el tercero el doble que la segunda.
Ahora bien, esto así escrito queda muy bien, ya sé hacer fotos en cualquier circunstancia. Bueno sí, pero no. Hay digamos efectos secundarios. Para poder disfrutar de ISOs altos lo que hacen las cámaras es forzar los sensores. Cada sensor está formado por miles de sensores fotosensibles que captan los fotones de luz que la transforman en corriente eléctrica. Lo que hacen las cámaras al subir el ISO es simplemente amplificar esa corriente eléctrica, produciéndose en ese proceso lo que se denomina “Ruido eléctrico” y que luego ese ruido lo veremos reflejado como grano en nuestras imágenes. Por suerte las cámaras suelen llevar un software de eliminación de ruido por ISO alto, que en algunas trabaja realmente bien, y si no tenemos la opción de usar un reductor de ruido en el postprocesado.
Conclusión:
Para obtener buenas imágenes el pilar principal es obtener una buena exposición. Para ello aparte de entender el funcionamiento de nuestras cámaras es entender como interaccionan entre si los tres parámetros: Velocidad, Apertura e ISO.
Hala a practicar.
Pero antes de seguir un poco de teoría.
Lo mismo que hace cien años que ahora, hoy cada cámara no es más que una caja hermética a la luz, con un objetivo en un extremo y una película sensible o un sensor electrónico al otro lado. La misma luz entra en el objetivo y, tras un periodo de tiempo (determinado por la velocidad de obturación), una imagen quedará registrada en la película o en el sensor. La imagen grabada se ha llamado, desde el primer día, una exposición, y así se la sigue llamando.
Ahora bien, esa exposición puede dar lugar a una inabarcable cantidad de imágenes más o menos correctas, pero nosotros deberíamos intentar esforzarnos en obtener una exposición correcta. Y esa exposición correcta es la combinación sencilla de tres importantes factores: diafragma, velocidad de obturación e ISO.
Diafragma
El control del diafragma son esos numeritos que suelen venir en fracciones, f/1.2, f/1.4, 1/16… y no es más que el tamaño del agujerito por el que pasa la luz. Los números digamos originales serían f4, 5.6, 8, 11, 22. Siendo por ejemplo f/4 el doble exacto que f/5.6, 5.6 el doble de 8…. Deberemos tener en cuenta que, a número más pequeño, más luz nos entrará en la cámara, y a la inversa.
Velocidad de Obturación
La velocidad de obturación no es más que el tiempo que el obturador está abierto registrando la exposición. El mismo principio de reducir a la mitad o multiplicar por dos que se aplica al diafragma, se aplica a la velocidad de obturación.
La escala “normal” sería 1/500, 1/250, 1/60, 1/30, 1/15, etc… Expongo esto porque cada vez las cámaras intercalan más valores entre estos, al igual que con las aberturas.
Es decir, con 1/250 obtenemos el doble de luz que con 1/500, es normal, medio segundo es el doble que un cuarto de segundo.
Una cosa curiosa es que podremos conseguir la misma exposición variando velocidad y obturación, de manera que si reducimos la luz que entra con el obturador, podremos aumentarla aumentado la velocidad.
ISO
Se podría decir que es el elemento final del triángulo de la correcta exposición. Y el asunto que gracias a Rafaro y su post me ha llevado picado por el golfo de Davidmadrid a escribir este tocho.
Para entender mejor el efecto del ISO sobre la exposición, pensemos que el ISO es una abeja obrera. Si mi cámara tiene un ISO 100 querrá decir que tengo 100 abejas obreras, si tu cámara tiene ISO 200 tendrás 200 abejas. Su función sería la de atrapar la luz y fijarla al sensor o película. Si tenemos el mismo objetivo, con la misma apertura, ¿Quién grabará antes la imagen? Pues tú, porque tienes el doble de abejas. Fácil, ¿no?
¿Pero qué relación tiene el ISO con la velocidad de obturación? Imaginemos que queremos fotografiar una flor solitaria en un día nublado (bueno David fotografiaría una papelera muy urbana) Yo con mi cámara de ISO 100 y tú con la tuya ISO 200, y ambos con f/5,6. De modo que al ajustar la velocidad para obtener una exposición correcta a mí me dirá que debo poner 1/125 y a ti 1/250. Es decir, tu obtendrás la foto en la mitad de tiempo que yo.
Esto lo podemos probar perfectamente en casa (los que tengamos cámaras en modo manual) Colocamos el ajuste ISO en 200, y el diafragma en f/8. Dirigimos la cámara a algo bien iluminado, por ejemplo, una pared a la que le dé la luz directa. Ahora ajustamos la velocidad hasta que el fotómetro nos indique que esa es la exposición correcta, y anotamos ese valor. Variamos el valor ISO a 400 y repetimos el ejercicio, apuntando el resultado, y repetimos con ISO 800.
¿Qué hemos visto? Deberíamos haber obtenido resultados cada vez más altos, es decir, el segundo resultado debería ser una velocidad el doble que la primera, y el tercero el doble que la segunda.
Ahora bien, esto así escrito queda muy bien, ya sé hacer fotos en cualquier circunstancia. Bueno sí, pero no. Hay digamos efectos secundarios. Para poder disfrutar de ISOs altos lo que hacen las cámaras es forzar los sensores. Cada sensor está formado por miles de sensores fotosensibles que captan los fotones de luz que la transforman en corriente eléctrica. Lo que hacen las cámaras al subir el ISO es simplemente amplificar esa corriente eléctrica, produciéndose en ese proceso lo que se denomina “Ruido eléctrico” y que luego ese ruido lo veremos reflejado como grano en nuestras imágenes. Por suerte las cámaras suelen llevar un software de eliminación de ruido por ISO alto, que en algunas trabaja realmente bien, y si no tenemos la opción de usar un reductor de ruido en el postprocesado.
Conclusión:
Para obtener buenas imágenes el pilar principal es obtener una buena exposición. Para ello aparte de entender el funcionamiento de nuestras cámaras es entender como interaccionan entre si los tres parámetros: Velocidad, Apertura e ISO.
Hala a practicar.