¿Cuánto CO2 añado a mi acuario?

Por Unay

Fotografía de DDM

Dando por seguro que la adición de CO2 a nuestro acuario siempre provoca beneficios a nuestras plantas, hay que tener también claro, antes de hacerlo, qué cambios va a provocar este gas al disolverse en el agua en el que viven nuestros peces e invertebrados.
El más evidente será el de la bajada de pH. EL CO2, al aumentar su presencia en nuestro acuario, siempre provocará una bajada de pH. Es importante leer temas como este antes de dar el paso de introducir CO2 y ser conscientes de lo que implican las variaciones de pH y qué pueden provocar a nuestros animales.
Por otro lado, también es importante tener en cuenta que a partir de determinadas cantidades de CO2, se lo estaremos poniendo difícil a nuestros animales para sobrevivir, ya que ciertas concentraciones pueden resultar nocivas.

Fotografía de Vairo


Es muy importante empezar muy poco a poco con la adición de CO2.

El camino mas seguro consistiría en empezar añadiendo lo mínimo, dejar pasar hasta dos horas y medir pH. Una vez que tengamos el pH, como veremos más adelante, podremos obtener la concentración de CO2, con lo que sabremos si podemos seguir aumentando la dosis o hemos llegado al punto óptimo.

Medir el CO2

Por razones que no vienen al caso, en general, no se mide nunca directamente la cantidad de CO2 disuelto en el acuario. En cambio, sí resulta muy sencillo averiguar esa concentración a partir de los valores de kH y pH.
Hay una fórmula que vincula los grados de kH, el pH y la concentración de CO2:

CO2 mg/l= 3.0 * KH * 10^ (7.0-PH)

Por suerte, no es necesario ser un figura de las matemáticas para obtener el resultado. En lugar de eso, a alguien, en su momento, se le ocurrió trasladar los resultados de esa fórmula a una tabla.

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Antes de nada, quisiera recalcar dos puntos: primero, voy a dar las pautas en bases a las cuales yo me baso (y la gran mayoría de la gente) al intentar discernir el sexo de esta especie (conocida entre otras cosas por las dificultades que presentan en su distinción). Y segundo, puesto que no son verdades universales, hay algunos casos en los que una o algunas de dichas pautas no se cumplen para un ejemplar con cuyo sexo sí debería presentarse.

Fotografía de karo

Dicho esto, vamos a comenzar con la coloración normal:

En ella se presentan las características del dimorfismo sexual que casi todos habréis leído por ahí.
El macho, en estado adulto, presenta ligeramente mayor tamaño que la hembra, sin olvidar que ésta, aun siendo más pequeña, presenta una forma corporal más redondeada, mientras que el macho se ve algo más alargado y con el vientre menos redondo.
Cuando los ejemplares se encuentran cerca de realizar alguna puesta, es cuando podremos distinguir con mayor facilidad cualquier diferencia entre ellos, ya que nos mostrarén todo su colorido y morfología de forma potencial.
Es en este momento cuando podremos distinguir, como rasgo definitorio, el ovopositor que presenta la hembra en su zona genital, listo para la inminente puesta de los huevos.

En machos podemos distinguir, normalmente sin problemas, que el tamaño de los 3 primeros radios de la aleta dorsal suele ser bastante más alargado que el resto de la aleta, mientras que en las hembras normalmente estos radios se quedan planos en la horizontal, pudiendo también desarrollarse algo más que el resto, pero no de forma tan significativa.

Fotografía de danidhsm

Continuando con la aleta dorsal, vemos que en machos suele terminar de forma puntiaguda, siendo de mayor tamaño que la dorsal de las hembras, que como norma general, presentan una dorsal menos desarrollada y más redondeada.

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