Por Jero.Madrid
Casi todas las plantas flotantes son grandes consumidoras de nitrógeno y se desarrollarán de una manera u otra en función de la cantidad que tengan disponible en el medio (además de otros nutrientes, luz y humedad).
Es relativamente sencillo saber si tenemos el acuario demasiado cargado (ya sea por demasiada alimentación, escasa filtración, abonado incorrecto) solo con observar estas plantas. Los indicadores más sencillos son:
Longitud y grosor de las raíces: En situación de alta concentración de nitrógeno suelen desarrollar raíces mucho más largas y más gruesas. Por tanto, si las raíces ya llegan casi al fondo del acuario o son gruesas como las de una planta terrestre, es muy probable que haya una carga considerable de nitrógeno en el medio.
Color y tamaño de las hojas: Funciona muy bien con plantas flotantes de color verde, como el Limnobium y la lenteja de agua, por ejemplo. A más concentración de nitrógeno, más verdes serán las hojas, y viceversa. Si en tu acuario las hojas son de color verde «Hulk-fosforito», probablemente tengas valores elevados de compuestos nitrogenados. De igual forma sucede con el tamaño, ya que las plantas se desarrollarán de forma más grande en ambientes ricos en nutrientes, aunque en este punto entran también en juego las condiciones de iluminación.
Velocidad de propagación: También muy sencillo de observar. Estas plantas disparan su propagación en medios con mucho nutriente, y será mucho más contenido en situaciones de ausencia o escasez. Si te vas tres días de puente de casa y las flotantes te colonizan la superficie, es habitual pensar en un exceso de carga orgánica y compuestos nitrógenados en general. Son plantas que, si están sanas, no van a dejar de multiplicarse incluso con muy poca cantidad de nitrógeno en el agua, pero por debajo de unos 5 ppm de NO3 el crecimiento es mucho más contenido.